Por Alva Ramírez Villatoro
¿Y si dejamos de lado los festivales escolares exclusivos “papá” / “mamá”, que al mismo tiempo son excluyentes?
Si deseamos que los niños dejen de sufrir cada que viene el día de mamá o de papá porque está muerta/o, separada/o, trabaja todo el día o porque no le da la gana asistir, entonces sería conveniente dejar de hacer lo mismo todos los años; ¡muchos niños salen afectados! ¿no es así?
¿Cuántos adolescentes -y adultos-, resentidos porque no había mamá o papá en la familia ni tutor para sustituirlo en el festival de cada año? Y no por el festival en sí mismo, sino por el estigma que lo acompaña y que trasciende a ese día.
No depende de las niñas/niños/niñes la forma en que está constituida su familia; y si no depende de ellos, que vengan papá o mamá a sus respectivos festivales,
¿por qué deben pagar las consecuencias emocionales?
Y lo más importante ¿por qué seguir mandando el mensaje a los estudiantes de que la única familia válida y que merece celebración es la conformada por papá - mamá, hijos? al mismo tiempo que se les exige a ellos ser incluyentes y abiertos.
¿Por qué pedirles algo que no les mostramos cómo hacer?
El objetivo formativo que pretenden estas actividades festivas en los colegios puede ser útil, pero no es la única manera de lograrlo. Hay muchas actividades, celebraciones o prácticas que favorecen el desarrollo de habilidades para convivir, pensar en los demás, trabajar en equipo, mostrar lo aprendido en destrezas intelectuales y motoras, etc. Dicho de otra forma, podemos perseguir los mismos fines sin necesidad de limitarlo al día de la mami o del papi. Podría ser día de convivencia familiar, del ser humano, o de la paz (también hay fechas).
Nos estamos quedando cortos en experiencias de aprendizaje vivencial si solo seguimos reciclando los mismos programas educativos y festivos de siempre. Las personas se divorcian, mueren y se alejan todo el tiempo (puedes revisar las estadísticas), así como se reconstruyen familias, se adquieren nuevos compromisos y se aprenden nuevos caminos.
El día de la mamá y del papá dejan buenas ganancias a los negocios, bueno, depende de qué negocios hablemos, sin embargo, el saldo que dejan estas celebraciones especiales en la experiencia emocional y social en el colegio ¿vale la pena? o vamos revisando opciones de esas otras actividades que podemos compartir/ presumir a las madres y padres en la escuela sin afectar a quien no cumple con el estereotipo anacrónico de familia que mi abuelita nunca tuvo pero en el que creyó a pie juntillas.
Alva Ramírez Villatoro
Analista Transaccional Certificada por la IBOC ITAA, Doctora en Psicología, Maestra en Docencia e Innovación Educativa y Psicóloga Clínica. Escritora con tres libros publicados sobre temas orientados al desarrollo humano y comunicación asertiva. Su última obra como coautora se titula "El buen líder por su casa empieza" publicado por la casa editorial Nueva Imagen.
Commenti