Como educadores, tanto padres como maestros, sabemos que nada nos prepara realmente para trabajar con niños que presentan conductas "difíciles", o con las que nos enganchamos fácilmente y se termina frustrado.
La teoría y la formación académica tienen un límite cuando los niños son desafiantes, irrespetuosos, hiperactivos o desatentos; independientemente de si tienen algún diagnóstico o si ya están en tratamiento. Al final, todo se reduce a la calidad del vínculo emocional y la comunicación que podemos lograr con ellos.
A continuación algunas recomendaciones:
Míralos directamente a los ojos, cara a cara y con todo el respeto que merecen.
Cuando se trate de poner límites, utiliza un tono firme y claro.
¡Sé directo! y en lo posible breve.
Los "rollos" no funcionan con los niños.
No utilices chantajes, devaluaciones o descalificaciones, eso solo complica la relación.El objetivo principal en tu relación con ellos, debe ser la confianza, la atención y el apoyo incondicional, si ganas esto, el proceso educativo será posible. Nunca al revés.
Jamás te tomes la conducta "exasperante" de un niño como algo personal. Ten presente que el adulto ¡eres tú!, la responsabilidad de modelar lo que esperas del niño es tuya.
Se vale pedir ayuda, consejo profesional y sobre todo, desarrollar la habilidad de la autocrítica constructiva para revisar lo que hacemos bien, y lo que no, para cambiarlo y tener resultados distintos con ellos. Recuerda: todo niño tiene derecho al desarrollo sano e integral y los adultos debemos trabajar para así sea.
Alva Ramírez
Comments